miércoles, 27 de noviembre de 2013

El Primer Imperio Mexicano. El gobierno de Agustín I de Iturbide.



Sánchez Roldán José Antonio
Grupo: 361


El primer imperio mexicano. El gobierno de Agustín I de Iturbide.

En 1820 Agustín de Iturbide fue nombrado comandante del Ejército Realista del Sur para derrotar a Vicente Guerrero y las guerrillas que comandaba, ya que para los criollos, peninsulares de alto rango, consideraban el peligro liberal una amenaza a sus fueros y privilegios. Iturbide empezó a planificar sus acciones militares, con la intención de destruir a las fuerzas insurgentes. Sus primeros combates resultaron desastrosos, pues fue derrotado en prácticamente todas las batallas.

Se dio cuenta que Guerrero y sus hombres conocían como nadie las montañas del Sur, y que en ese terreno sería casi imposible derrotarlos. Comprendió entonces que la Independencia "sólo se lograría si los militares insurgentes se aliaran con las fuerzas que militamos bajo las órdenes del Rey", como había dicho a un subordinado tras sufrir su única derrota, en el fuerte del Cóporo.

Iturbide empleó pues, una nueva estratagema: escribió a Guerrero el 10 de enero pidiéndole que se retirara de la lucha, que el gobierno respetaría su cargo militar y le concedería el indulto. Guerrero se negó.

Los hombres al mando del coronel Berdejo fueron derrotados nuevamente el 27 de enero de 1821, por las fuerzas insurgentes. Iturbide había enviado una carta fechada el 25 de enero en Teloloapan, en la que le solicitaba una entrevista y le exponía los puntos de su programa político, posteriormente recogido en el Plan de Iguala.

El encuentro se realizó en la población de Acatempan, el 10 de febrero, ante las respectivas tropas de Iturbide y de Guerrero. Según el relato de Lorenzo de Zavala, se entabló un breve diálogo entre ambos caudillos, tras el cual se produjo el abrazo.
El 24 de febrero Iturbide proclamó su Plan de las Tres Garantías en Iguala, donde surgió el Ejército Trigarante, que se encargó de marchar por todo el país difundiendo el Plan de Iguala. También, en esa fecha, el sastre José Magdaleno Poco después, Apodaca fue relevado como virrey y en su lugar llegó Juan O'Donojú, quien sería el último virrey. Iturbide se entrevistó con él en Córdoba, el 24 de agosto, y le hizo ver que la causa hispánica ya estaba perdida y que tenían pocos de su lado. O'Donojú comprendió y se suscribieron los Tratados de Córdoba, que dieron fin a la Guerra de Independencia y que reconocían la soberanía de México.
El Plan de Iguala, proclamado por Don Agustín de Iturbide amparaba tres garantías: la independencia de México, la conservación de la religión católica, y la unión de todos los habitantes de la Nueva España, refiriéndose a los mexicanos y españoles (después históricamente aplicado a los pueblos indígenas). El plan no cambiaba la situación social del país, sólo la política, dando más poder a los criollos y a los mexicanos, pero invitaban a un monarca europeo a tomar el trono del Imperio Mexicano. Ningún monarca lo haría, para evitar conflictos con España quien no reconocía la independencia de sus ex colonias americanas. Por eso Agustín de Iturbide fue proclamado emperador de México.
La coronación se llevó a cabo el día 21 de julio de 1822 en la Catedral de México, él y su esposa Ana María Huarte fueron nombrados emperador y emperatriz del Imperio mexicano.

Así, se formó el Primer Imperio Mexicano, y a Iturbide se le concedió el título de emperador de la nueva nación independiente.

Disolución
 En febrero de 1823, mediante el Plan de Casa Mata liderado por Antonio López de Santa Anna, se produjo una rebelión, también apoyada por Vicente Guerrero, quien había apoyado la coronación de Iturbide, en la que exigían que el Congreso fuera reinstalado, el Imperio de Agustín I, anulado, y que la monarquía deviniera en República, sistema que logra implementarse en 1824. Producido el Golpe de Estado, finaliza el mandato de Iturbide nueve meses más tarde, abdicando la corona en el Congreso el 19 de marzo de 1823, embarcándose hacia Europa el 11 de mayo. Finalizada la etapa de Agustín I, Centroamérica se independizó de México e Iturbide fue acusado como traidor por el Congreso. Después de que el Imperio Mexicano fuera disuelto, las provincias centroamericanas decididas para salir de México crearon su propia federación.

En abril de 1824 el Congreso declaró traidor a Iturbide. El 22 de abril, se dictaminó que si Iturbide pisaba suelo mexicano sería declarado traidor y enemigo del Estado, por tal motivo cualquiera podría darle muerte. El 28 de abril, el dictamen fue ratificado y se hizo extensivo a quienes ayudasen su regreso.
El 4 de mayo de 1824, Iturbide se embarcó en el bergantín inglés Spring, el 14 de julio, la embarcación ancló en la barra de Soto la Marina. Beneski descendió de la nave para presentarse con el comandante militar Felipe de la Garza y le mostró una carta del padre Treviño, en la cual se le recomendaba para proponer al gobierno mexicano un proyecto de colonización irlandesa. De la Garza preguntó por Iturbide, el polaco contestó que el ex emperador se encontraba en Londres con su familia, de esta forma se autorizó el desembarco.
El 15 julio, Iturbide —en compañía de Beneski— cabalgó por Soto la Marina, y fue reconocido por el teniente coronel Juan Manuel Azúnzolo y Alcalde. Confirmada la sospecha, el día 16, el cabo Jorge Espino realizó la detención de los viajeros en un lugar llamado Los Arroyos. De la Garza se entrevistó con ambos, Iturbide le explicó que había viajado a México para ofrecer sus servicios a la patria, el comandante le notificó que se encontraba fuera de la ley conforme al decreto expedido por el Congreso el 28 de abril, también le reclamó el engaño a Beneski, quien respondió que era militar y que había procedido de acuerdo a las órdenes recibidas.

De la Garza trasladó a Iturbide a Padilla, en donde se encontraba sesionando el Congreso local del recién creado estado de Tamaulipas. El gobernador era Bernardo Gutiérrez de Lara, quien había simpatizado con Hidalgo y Morelos, dirigiendo a un grupo de insurgentes en la zona de Texas. En su defensa, Iturbide arguyó la posible invasión que se preparaba con ayuda de la Santa Alianza, pero nadie le creyó. El Congreso local ordenó cumplir el decreto federal. El 19 de julio de 1824 Iturbide fue fusilado.

El país se reorganizó y culminó con la creación de la Primera República Federal de México. Algunas décadas después un imperio nuevo sería establecido en territorio mexicano, con Maximiliano de Habsburgo como emperador.

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