Sánchez Roldán José Antonio
Grupo: 361
El
primer imperio mexicano. El gobierno de Agustín I de Iturbide.
En
1820 Agustín de Iturbide fue nombrado comandante del Ejército Realista del Sur
para derrotar a Vicente Guerrero y las guerrillas que comandaba, ya que para
los criollos, peninsulares de alto rango, consideraban el peligro liberal una
amenaza a sus fueros y privilegios. Iturbide empezó a planificar sus acciones
militares, con la intención de destruir a las fuerzas insurgentes. Sus primeros
combates resultaron desastrosos, pues fue derrotado en prácticamente todas las
batallas.
Se
dio cuenta que Guerrero y sus hombres conocían como nadie las montañas del Sur,
y que en ese terreno sería casi imposible derrotarlos. Comprendió entonces que
la Independencia "sólo se lograría si los militares insurgentes se aliaran
con las fuerzas que militamos bajo las órdenes del Rey", como había dicho
a un subordinado tras sufrir su única derrota, en el fuerte del Cóporo.
Iturbide
empleó pues, una nueva estratagema: escribió a Guerrero el 10 de enero
pidiéndole que se retirara de la lucha, que el gobierno respetaría su cargo
militar y le concedería el indulto. Guerrero se negó.
Los
hombres al mando del coronel Berdejo fueron derrotados nuevamente el 27 de
enero de 1821, por las fuerzas insurgentes. Iturbide había enviado una carta
fechada el 25 de enero en Teloloapan, en la que le solicitaba una entrevista y
le exponía los puntos de su programa político, posteriormente recogido en el
Plan de Iguala.
El
encuentro se realizó en la población de Acatempan, el 10 de febrero, ante las
respectivas tropas de Iturbide y de Guerrero. Según el relato de Lorenzo de
Zavala, se entabló un breve diálogo entre ambos caudillos, tras el cual se
produjo el abrazo.
El
24 de febrero Iturbide proclamó su Plan de las Tres Garantías en Iguala, donde
surgió el Ejército Trigarante, que se encargó de marchar por todo el país
difundiendo el Plan de Iguala. También, en esa fecha, el sastre José Magdaleno
Poco después, Apodaca fue relevado como virrey y en su lugar llegó Juan
O'Donojú, quien sería el último virrey. Iturbide se entrevistó con él en Córdoba,
el 24 de agosto, y le hizo ver que la causa hispánica ya estaba perdida y que
tenían pocos de su lado. O'Donojú comprendió y se suscribieron los Tratados de
Córdoba, que dieron fin a la Guerra de Independencia y que reconocían la
soberanía de México.
El
Plan de Iguala, proclamado por Don Agustín de Iturbide amparaba tres garantías:
la independencia de México, la conservación de la religión católica, y la unión
de todos los habitantes de la Nueva España, refiriéndose a los mexicanos y
españoles (después históricamente aplicado a los pueblos indígenas). El plan no
cambiaba la situación social del país, sólo la política, dando más poder a los
criollos y a los mexicanos, pero invitaban a un monarca europeo a tomar el
trono del Imperio Mexicano. Ningún monarca lo haría, para evitar conflictos con
España quien no reconocía la independencia de sus ex colonias americanas. Por
eso Agustín de Iturbide fue proclamado emperador de México.
La
coronación se llevó a cabo el día 21 de julio de 1822 en la Catedral de México,
él y su esposa Ana María Huarte fueron nombrados emperador y emperatriz del
Imperio mexicano.
Así,
se formó el Primer Imperio Mexicano, y a Iturbide se le concedió el título de
emperador de la nueva nación independiente.
Disolución
En febrero de 1823, mediante el Plan de Casa
Mata liderado por Antonio López de Santa Anna, se produjo una rebelión, también
apoyada por Vicente Guerrero, quien había apoyado la coronación de Iturbide, en
la que exigían que el Congreso fuera reinstalado, el Imperio de Agustín I,
anulado, y que la monarquía deviniera en República, sistema que logra
implementarse en 1824. Producido el Golpe de Estado, finaliza el mandato de
Iturbide nueve meses más tarde, abdicando la corona en el Congreso el 19 de
marzo de 1823, embarcándose hacia Europa el 11 de mayo. Finalizada la etapa de
Agustín I, Centroamérica se independizó de México e Iturbide fue acusado como
traidor por el Congreso. Después de que el Imperio Mexicano fuera disuelto, las
provincias centroamericanas decididas para salir de México crearon su propia
federación.
En
abril de 1824 el Congreso declaró traidor a Iturbide. El
22 de abril, se dictaminó que si Iturbide pisaba suelo mexicano sería declarado
traidor y enemigo del Estado, por tal motivo cualquiera podría darle muerte. El
28 de abril, el dictamen fue ratificado y se hizo extensivo a quienes ayudasen
su regreso.
El
4 de mayo de 1824, Iturbide se embarcó en el bergantín inglés Spring, el
14 de julio, la embarcación ancló en la barra de Soto la Marina. Beneski descendió
de la nave para presentarse con el comandante militar Felipe de la Garza y le
mostró una carta del padre Treviño, en la cual se le recomendaba para proponer
al gobierno mexicano un proyecto de colonización irlandesa. De la Garza
preguntó por Iturbide, el polaco contestó que el ex emperador se encontraba en
Londres con su familia, de esta forma se autorizó el desembarco.
El
15 julio, Iturbide —en compañía de Beneski— cabalgó por Soto la Marina, y fue
reconocido por el teniente coronel Juan Manuel Azúnzolo y Alcalde. Confirmada
la sospecha, el día 16, el cabo Jorge Espino realizó la detención de los
viajeros en un lugar llamado Los Arroyos. De la Garza se entrevistó con ambos,
Iturbide le explicó que había viajado a México para ofrecer sus servicios a la
patria, el comandante le notificó que se encontraba fuera de la ley conforme al
decreto expedido por el Congreso el 28 de abril, también le reclamó el engaño a
Beneski, quien respondió que era militar y que había procedido de acuerdo a las
órdenes recibidas.
De
la Garza trasladó a Iturbide a Padilla, en donde se encontraba sesionando el
Congreso local del recién creado estado de Tamaulipas. El gobernador era
Bernardo Gutiérrez de Lara, quien había simpatizado con Hidalgo y Morelos,
dirigiendo a un grupo de insurgentes en la zona de Texas. En su defensa,
Iturbide arguyó la posible invasión que se preparaba con ayuda de la Santa
Alianza, pero nadie le creyó. El Congreso local ordenó cumplir el decreto
federal. El 19 de julio de 1824 Iturbide fue fusilado.
El
país se reorganizó y culminó con la creación de la Primera República Federal de
México. Algunas décadas después un imperio nuevo sería establecido en
territorio mexicano, con Maximiliano de Habsburgo como emperador.
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